El fuego es uno de los elementos más importantes para la supervivencia en la naturaleza. Nos permite calentarnos, cocinar, purificar agua, iluminar, señalizar y protegernos de los animales. Sin embargo, encender un fuego no siempre es fácil, especialmente si no contamos con los medios adecuados o si las condiciones ambientales son adversas. En este subtalk te mostraré algunas técnicas de supervivencia para encender un fuego con diferentes materiales y recursos que puedes encontrar en el campo.
Preparación del fuego
Antes de intentar encender un fuego, debemos preparar el lugar y el material adecuados. Lo ideal es buscar un sitio resguardado del viento y de la lluvia, que no tenga vegetación inflamable cerca y que tenga piedras o tierra para hacer un círculo alrededor del fuego. Dentro de ese círculo, debemos colocar una base de material aislante, como piedras planas, arena o ceniza, para evitar que el fuego se extienda por el suelo.
A continuación, debemos buscar el material combustible, que se clasifica en tres tipos según su grosor y su función:
Yesca: Es el material más fino y seco, que se enciende con facilidad y produce una llama inicial. Puede ser pasto seco, hojas, corteza de abedul, algodón, papel, etc.
Leña menuda: Son ramas delgadas y secas, que se encienden con la yesca y mantienen el fuego. Pueden ser ramitas, paja, piñas, etc.
Leña gruesa: Son troncos o trozos de madera seca, que se encienden con la leña menuda y proporcionan calor y duración al fuego. Pueden ser ramas, tablas, etc.
Para encender el fuego, debemos colocar la yesca en el centro del círculo, rodeada de leña menuda en forma de pirámide o de tipi, dejando un hueco para introducir la llama o la chispa. Luego, debemos tener a mano la leña gruesa para ir añadiéndola al fuego una vez que esté encendido.
Técnicas de encendido
Existen diferentes técnicas de encendido, que dependen de los medios que tengamos disponibles y de las condiciones climáticas. Algunas de las más comunes son:
Cerillas o mechero: Son los medios más sencillos y rápidos de encender un fuego, pero también los más limitados y vulnerables al agua o al viento. Por eso, debemos guardarlos en un lugar seco y protegido, y usarlos con cuidado y eficiencia. Para encender el fuego con cerillas o mechero, solo tenemos que acercar la llama a la yesca y soplar suavemente para avivar el fuego.
Pedernal y acero: Son dos piezas de metal que al golpearlas producen chispas, que pueden encender la yesca si está seca y fina. El pedernal puede ser una piedra de sílex o una barra de ferrocerio, y el acero puede ser un cuchillo, una navaja o una hoja metálica. Para encender el fuego con pedernal y acero, debemos sujetar el pedernal cerca de la yesca y rasparlo con el acero, haciendo que las chispas caigan sobre la yesca. Luego, debemos soplar sobre la yesca hasta que se encienda y alimentar el fuego con leña menuda y gruesa.
Lente: Es un objeto transparente que al concentrar la luz del sol puede generar calor y encender la yesca. Puede ser una lupa, unas gafas, un vidrio de botella o una esfera de hielo. Para encender el fuego con una lente, debemos orientarla hacia el sol y enfocar el haz de luz sobre la yesca, manteniéndolo fijo hasta que se produzca una brasa. Luego, debemos soplar sobre la brasa hasta que se encienda y alimentar el fuego con leña menuda y gruesa.
Fricción: Es el método más primitivo y difícil de encender un fuego, que consiste en generar calor por la fricción de dos piezas de madera. Hay varias técnicas de fricción, como el arco y la broca, el taladro de mano o la rueda de fuego, que requieren de mucha práctica y paciencia. Para encender el fuego con fricción, debemos preparar una base de madera con una hendidura, una varilla de madera que encaje en la hendidura, una cuerda y un arco. Luego, debemos colocar la varilla en la hendidura, enrollar la cuerda alrededor de la varilla y sujetar el arco con una mano. Con la otra mano, debemos presionar la varilla con una piedra o un trozo de madera, y mover el arco hacia adelante y hacia atrás, haciendo que la varilla gire y frote contra la base. El roce producirá polvo de madera y calor, que se acumularán en la hendidura y formarán una brasa. Después, debemos recoger la brasa con un trozo de corteza o de tela, y colocarla en un nido de yesca. Finalmente, debemos soplar sobre el nido hasta que se encienda y alimentar el fuego con leña menuda y gruesa.
Mantenimiento y extinción del fuego
Una vez que tenemos el fuego encendido, debemos mantenerlo y controlarlo, evitando que se apague o que se propague. Para ello, debemos ir añadiendo leña gruesa al fuego, según la necesidad de calor o de duración. También debemos vigilar el viento y la lluvia, y proteger el fuego con una pantalla de piedras, ramas o tierra. Además, debemos tener cerca un recipiente con agua o una rama frondosa, por si tenemos que apagar el fuego de emergencia.
Cuando ya no necesitemos el fuego, debemos apagarlo completamente, sin dejar ninguna brasa o llama. Para ello, debemos echar agua sobre el fuego, removiendo la leña y las cenizas con un palo, hasta que no quede ningún sonido o humo. Luego, debemos cubrir el fuego con tierra o arena, y comprobar con la mano que no quede ningún punto caliente. Finalmente, debemos restaurar el lugar, devolviendo las piedras y la tierra a su sitio, y dejando el sitio limpio y seguro.
Conclusión
Encender un fuego es una habilidad de supervivencia muy útil y necesaria, que nos puede salvar la vida en situaciones extremas. Sin embargo, no es una tarea fácil, y requiere de conocimiento, preparación y práctica. Además, debemos ser responsables y respetuosos con el medio ambiente, y seguir las normas de seguridad y prevención de incendios. Esperamos que este artículo te haya servido para aprender algunas técnicas de supervivencia para encender un fuego, y que las pongas en práctica con precaución y sensatez.